¿Quién Soy
Yo? (Nan yar?)
Las
Enseñanzas de Bhagavan Sri Ramana Maharshi
Introducción
«¿Quién soy
Yo?» es el título dado a un conjunto de preguntas y respuestas que tratan de la
indagación del Sí mismo. Las preguntas fueron formuladas a Bhagavan Sri Ramana
Maharshi por un tal Sri M. Sivaprakasam Pillai en torno al año 1902. Sri
Pillai, un licenciado en Filosofía, era en aquel momento empleado del
Departamento de Renta Pública del Sur Arcot Collectorate. Durante su visita a
Tiruvannamalai en 1902 en misión oficial, fue a la Cueva de Virupaksha en la
Colina de Arunachala y encontró al Maestro allí. Buscó de él guía espiritual, y
solicitó respuestas a preguntas concernientes a la indagación del Sí mismo.
Como Bhagavan no hablaba en aquel entonces, no debido a algún voto que hubiera
hecho, sino debido a que no tenía la inclinación a hablar, respondió a las
preguntas que se le hicieron con gestos, y cuando éstos no eran entendidos, con
escritura. Tal como las recopiló y registró Sri Sivaprakasam Pillai, hubo catorce
preguntas con las respuestas a ellas dadas por Bhagavan. Este registro fue
publicado por primera vez por Sri Pillai en 1923, junto con un par de poemas
compuestos por él mismo, que contaban cómo la gracia de Bhagavan había operado
en su caso, disipando sus dudas y salvándole de una crisis en la vida. «¿Quién
soy Yo?» ha sido publicado varias veces subsiguientemente. En algunas ediciones
encontramos treinta preguntas y respuestas, y veintiocho en otras. Hay
publicada también otra versión en la cual no se dan las preguntas, y las
enseñanzas están reordenadas en la forma de ensayo. La traducción inglesa
existente, es de este ensayo. La traducción presente es la del texto en la
forma de veintiocho preguntas y respuestas.
Junto con
Vicharasangraham (indagación del Sí mismo o Autoindagación), Nan Yar (¿Quién
soy Yo?) constituye el primer conjunto de instrucciones en las propias palabras
del Maestro. Éstas dos son las únicas obras en prosa entre las Obras de
Bhagavan. Exponen claramente la enseñanza central de que la vía directa a la
liberación es la Autoindagación. La manera particular en la que ha de hacerse
la Autoindagación se expone con lucidez en Nan Yar. La mente consiste en
pensamientos. El pensamiento «yo» es el primero que surge en la mente. Cuando
se persigue persistentemente la indagación «¿Quién soy yo?», todos los demás
pensamientos se destruyen, y finalmente el pensamiento «yo» mismo se desvanece,
dejando sólo al supremo Sí mismo no-dual. Así acaba la falsa identificación del
Sí mismo con los fenómenos del no-sí mismo, tales como el cuerpo y la mente, y
hay iluminación, Sakshatkara. El proceso de la indagación, por supuesto, no es
un proceso fácil. Cuando uno indaga «¿Quién soy yo?», surgirán otros
pensamientos; pero a medida que surgen, uno no tiene que ceder a ellos
siguiéndolos; por el contrario, uno debe preguntar «¿A quién surgen?» Para
hacer esto, uno tiene que ser extremadamente vigilante. Mediante la indagación
constante uno debe hacer que la mente permanezca en su fuente, sin permitirla
divagar y perderse en los laberintos de pensamientos creados por ella misma.
Todas las demás disciplinas como el control del soplo y la meditación en las
formas de Dios, deben ser considerados como prácticas auxiliares. Son útiles en
la medida en que ayudan a devenir quiescente y concentrada.
Para una
mente que ha ganado pericia en la concentración, la indagación del Sí mismo
deviene comparativamente fácil. Por la indagación incesante se destruyen los
pensamientos y se realiza el Sí mismo —la Realidad plena en la que no hay
siquiera el pensamiento «yo», experiencia a la que se alude como «Silencio».
Ésta, en
sustancia, es la enseñanza de Bhagavan Sri Ramana Maharshi en Nan Yar (¿Quién
soy Yo?).
Universidad
de Madrás
30 de Junio
de 1982
Om Namo
Bhagavathe Sri Ramanaya
¿Quién Soy
Yo?
(Nan Yar?)
Como todos
los seres vivos desean ser felices siempre, sin ninguna miseria, como en el
caso de cada uno se observa que hay un amor supremo por el sí mismo de uno, y
como sólo la felicidad es la causa del amor, para ganar esa felicidad que es la
propia naturaleza de uno y que se experimenta en el estado de sueño profundo,
donde no hay ninguna mente, uno debe conocer su propio Sí mismo. Para eso, el
medio principal es la vía del conocimiento, la indagación de la fórmula «¿Quién
soy yo?».
1. ¿Quién
soy yo?
Yo no soy el
cuerpo grosero que está compuesto de los siete humores (dhatus); yo no soy las
cinco facultades de sensación, a saber, los sentidos del oído, el tacto, la
vista, el gusto, y el olfato, que aprehenden sus objetos respectivos, a saber,
el sonido, la textura, el color, el sabor, y el olor; yo no soy las cinco
facultades de acción, a saber, las facultades del habla, la locomoción, la
prehensión, la excreción, y la procreación, que tienen como funciones
respectivas, hablar, moverse, agarrar, excretar, y gozar; yo no soy los cinco
soplos vitales, prana, etc., que desempeñan respectivamente las cinco funciones
de inhalar, etc.; yo no soy siquiera la mente que piensa; yo no soy tampoco la
nesciencia, que solo está dotada de las impresiones residuales de los objetos,
y en la cual no hay ningún objeto ni ningún funcionamiento.
2. Si yo no
soy ninguno de estos, entonces ¿quién soy yo?
Después de
negar todo lo mencionado arriba como «esto no», «esto no», sólo ese
Conocimiento que queda —sólo eso yo soy.
3. ¿Cuál es
la naturaleza del Conocimiento?
La
naturaleza del Conocimiento es existencia-consciencia-felicidad.
4. ¿Cuando
se obtendrá la realización del Sí mismo?
Cuando el
mundo, que es lo-que-se-ve, haya sido eliminado, habrá realización del Sí
mismo, que es el veedor.
5. ¿No habrá
realización del Sí mismo mientras el mundo esté aquí (se tome como real)?
No habrá.
6. ¿Por qué?
El veedor y
el objeto visto son como la cuerda y la serpiente. De la misma manera que el
conocimiento de la cuerda, que es el sustrato, no surgirá a menos que
desaparezca el falso conocimiento de la serpiente ilusoria, así también la
realización del Sí mismo, que es el sustrato, no se obtendrá a menos que se
elimine la creencia de que el mundo es real.
7. ¿Cuándo
puede ser eliminado el mundo, que es el objeto visto?
El mundo,
desaparecerá cuando la mente, que es la causa de toda cognición y de todas las
acciones, devenga quiescente.
8. ¿Cual es
la naturaleza de la mente?
Lo que se
llama mente, es un poder pasmoso que reside en el Sí mismo. Hace que surjan
todos los pensamientos. Aparte de los pensamientos, no hay ninguna cosa tal
como la mente. Por consiguiente, el pensamiento es la naturaleza de la mente.
Aparte de los pensamientos, no hay ninguna entidad independiente llamada el
mundo. En el sueño profundo no hay pensamientos, y no hay ningún mundo. En los
estados de vigilia y sueño con sueños, hay pensamientos, y hay también un
mundo. De la misma manera que la araña emite de sí misma el hilo (de la
telaraña), y nuevamente lo retrae adentro de sí misma, así también la mente
proyecta el mundo de sí misma y de nuevo lo reabsorbe adentro de sí misma.
Cuando la mente sale del Sí mismo, aparece el mundo. Por consiguiente, cuando
el mundo aparece (como real), el Sí mismo no aparece, y cuando el Ser aparece
(brilla), el mundo no aparece. Cuando uno indaga persistentemente dentro de la
naturaleza de la mente, ésta acabará dejando al Sí mismo (como el residuo). Lo
que se llama el Sí mismo, es el Atman. La mente existe siempre sólo en
dependencia de algo grosero; no puede permanecer sola. La mente es lo que se
llama el cuerpo o el alma (jiva).
9. ¿Cuál es
la vía de indagación para comprender la naturaleza de la mente?
Eso que
surge como «yo» en este cuerpo, es la mente. Si uno indaga en cuanto a dónde
surge primero en el cuerpo el pensamiento «yo», uno descubre que surge en el
corazón. Ese es el lugar de origen de la mente. Sólo con pensar constantemente
«yo»-«yo», uno será conducido a ese lugar. De todos los pensamientos que surgen
en la mente, el pensamiento «yo» es el primero. Sólo después del surgimiento de
este pensamiento «yo» surgen los otros pensamientos. Sólo después de la
aparición del pronombre personal de la primera persona, aparecen los pronombres
personales de la segunda y la tercera persona; sin el pronombre personal de la
primera persona, no habrá el segundo ni el tercero.
10. ¿Como
devendrá quiescente la mente?
Por la
indagación «¿Quién soy yo?». El pensamiento «¿Quién soy yo?» destruirá todos
los otros pensamientos, y al igual que la estaca utilizada para remover la pira
funeraria, finalmente él mismo acabará destruido. Entonces, surgirá la
Realización del Sí mismo (o la Autorrealización).
11. ¿Cuál es
el medio para aferrarse constantemente al pensamiento «¿Quién soy yo?»?
Cuando
surgen otros pensamientos, uno no debe perseguirlos, sino que debe indagar: «¿A
quién surgen?» No importa cuántos pensamientos puedan surgir. A medida que
surge cada pensamiento, uno debe indagar con diligencia, «¿A quién ha surgido
este pensamiento?». La respuesta que emergerá, será «A mí». Por consiguiente,
si uno indaga «¿Quién soy yo?», la mente recederá a su fuente; y el pensamiento
que surgió devendrá quiescente. Con una práctica repetida de esta manera, la
mente desarrollará la pericia para permanecer en su fuente. Cuando la mente,
que es sutil, sale a través del cerebro y de los órganos de los sentidos,
aparecen los nombres y las formas groseras; cuando permanece en el corazón, los
nombres y las formas desaparecen. No dejar que la mente salga, sino retenerla
en el Corazón, es lo que se llama «intimidad» (antar-mukha). Dejar que la mente
salga del Corazón es conocido como «externalización» (bahir-mukha). Así pues,
cuando la mente permanece en el Corazón, el «yo», que es la fuente de todos los
pensamientos, desaparecerá, y el Sí mismo, que existe siempre, brillará. Todo
lo que uno hace, uno debe hacerlo sin la egoidad «yo». Si se actúa de esa
manera, todo aparecerá como de la naturaleza de Siva (Dios).
12. ¿No hay
ningún otro medio para hacer a la mente quiescente?
Aparte de la
indagación, no hay ningún otro medio adecuado. Si a través de otros medios se
busca controlar a la mente, la mente parecerá estar controlada, pero aparecerá
de nuevo. También a través del control del soplo, la mente devendrá quiescente;
pero estará quiescente solo mientras el soplo permanezca controlado, y cuando
el soplo se reanude, la mente también comenzará a moverse de nuevo y divagará
impelida por las impresiones residuales. La fuente es la misma tanto para la
mente como para el soplo. En verdad, el pensamiento es la naturaleza de la
mente. El pensamiento «yo» es el primer
pensamiento de la mente; y eso es la egoidad. De donde se origina la egoidad,
también se origina el soplo. Por consiguiente, cuando la mente deviene
quiescente, el soplo deviene controlado, y cuando el soplo es controlado, la
mente deviene quiescente. Pero en el sueño profundo, aunque la mente deviene
quiescente, el soplo no se detiene. Esto se debe a la voluntad de Dios, para
que el cuerpo pueda ser preservado y para que las demás gentes no tengan la
impresión de que está muerto. En el estado de vigilia y en samadhi, cuando la
mente deviene quiescente, el soplo está controlado. El soplo es la forma
grosera de la mente. Hasta el momento de la muerte, la mente mantiene el soplo
en el cuerpo; y cuando el cuerpo muere, la mente se lleva el soplo con ella.
Por consiguiente, el ejercicio del control del soplo es sólo una ayuda para
hacer a la mente quiescente (manonigraha); pero no destruirá a la mente
(manonasa). Lo mismo que la práctica del control del soplo, la meditación en
las formas de Dios, la repetición de mantras, la restricción en la
alimentación, etc., no son más que ayudas para hacer a la mente quiescente.
A través de
la meditación en las formas de Dios y a través de la repetición de mantras, la
mente deviene concentrada. La mente siempre estará vagando. Así como cuando se
da una cadena a un elefante para que la sostenga en su trompa, se dedicará a
sostener la cadena y nada más, así también cuando la mente está ocupada con un
nombre o una forma sólo se aferrará a eso. Cuando la mente se expande en forma
de incontables pensamientos, cada pensamiento deviene más débil; pero cuando
los pensamientos se disuelven, la mente deviene concentrada y fuerte; para una
mente así, la indagación del Sí mismo deviene fácil. De todas las reglas
restrictivas, la que se refiere a la toma de alimento sátvico en cantidades
moderadas, es la mejor; observando esta regla, la cualidad sátvica de la mente
aumentará, y será de gran ayuda para la indagación del Sí mismo.
13. Las
impresiones residuales (pensamientos) de los objetos parecen avanzar como las
olas de un océano. ¿Cuándo serán destruidas todas ellas?
A medida que
la meditación sobre el Sí mismo se haga cada vez más alta, los pensamientos
serán destruidos.
14. ¿Es
posible que las impresiones residuales de los objetos, que vienen por así decir
de un tiempo sin comienzo, se disuelvan y que uno permanezca como el puro Sí
mismo?
Sin ceder a
la duda «¿Es posible, o no?», uno debe aferrarse persistentemente a la
meditación sobre el Sí mismo. Incluso si uno es un gran pecador, uno no debe
inquietarse y llorar «¡Oh!, yo soy un pecador! ¿Cómo puedo yo ser salvado?»;
uno debe renunciar completamente al pensamiento «yo soy un pecador», y
concentrarse fervientemente en la meditación sobre el Sí mismo; entonces,
ciertamente, uno triunfará. No hay dos mentes —una buena y la otra mala; la
mente es sólo una. Son las impresiones residuales las que son de dos tipos
—auspiciosas e inauspiciosas. Cuando la mente está bajo la influencia de las
impresiones auspiciosas, se llama buena; y cuando está bajo la influencia de
las impresiones inauspiciosas, se considera como mala.
A la mente
no debe permitírsele divagar hacia los objetos mundanos ni hacia lo que
concierne a otras gentes. Por muy malas que otras gentes puedan ser, uno no
debe tenerles odio. Tanto el deseo como el odio deben ser evitados. Todo lo que
uno da a los demás, se lo da a uno mismo. Si se comprende esta verdad, ¿quién
no dará a los otros? Cuando surge el sí mismo de uno, todo surge; cuando el sí
mismo de uno deviene quiescente, todo deviene quiescente. En la medida en que
nos comportemos con humildad, en esa medida habrá buenos resultados. Si la
mente se torna quiescente, uno puede vivir en cualquier parte.
15. ¿Cuánto
tiempo debe ser practicada la indagación?
Mientras hay
impresiones de objetos en la mente, se requiere la indagación «¿Quién soy yo?» A
través de la indagación a medida que los pensamientos surgen, deben ser
destruidos inmediatamente en el mismo lugar de origen. Si uno recurre a la
contemplación del Sí mismo ininterrumpidamente, hasta que el Sí mismo es
obtenido, eso sólo bastará. Mientras haya enemigos dentro de una fortaleza,
continuarán saliendo; si son destruidos a medida que emergen, la fortaleza
caerá en nuestras manos.
16. ¿Cuál es
la naturaleza del Sí mismo?
Lo que
existe en verdad, es sólo el Sí mismo. El mundo, el alma individual y Dios, son
apariencias en él. Lo mismo que la plata en la madreperla, estos tres aparecen
al mismo tiempo, y desaparecen al mismo tiempo. El Sí mismo es eso donde no hay
absolutamente ningún pensamiento «yo». Eso es llamado «Silencio». El Sí mismo
es el mundo; el Sí mismo mismo es «yo»; el Sí mismo mismo es Dios; todo es
Siva, el Sí mismo.
17. ¿No es
todo la obra de Dios?
Sin deseo,
propósito o esfuerzo, el sol sale; y en su mera presencia, la piedra solar
emite fuego, el loto florece, el agua se evapora; las gentes cumplen sus
diversas funciones, sus diversas actividades, y entonces descansan. Lo mismo
que en la presencia del imán la aguja se mueve, por virtud de la mera presencia
de Dios las almas gobernadas por las tres funciones (cósmicas) o la quíntuple
actividad divina, cumplen sus acciones y entonces descansan, de acuerdo con sus
respectivos karmas. Dios no tiene ningún propósito; ningún karma se adhiere a
Él. Lo mismo sucede con las acciones mundanas, que no afectan al sol, o como
los méritos y deméritos de los otros cuatro elementos, que tampoco afectan al
omnipenetrante espacio.
18. De los
devotos, ¿quién es el más grande?
El que se
entrega al Sí mismo, que es Dios, es el devoto más excelente. Entregar el sí
mismo de uno a Dios, significa permanecer constantemente en el Sí mismo sin
dejar sitio a que surja algún pensamiento diferente del pensamiento del Sí
mismo. Cualquier peso que se pone en Dios, Él lo soporta. Puesto que el poder
supremo de Dios hace que todas las cosas se muevan, ¿por qué, sin someternos a
él, debemos inquietarnos nosotros constantemente con pensamientos sobre lo que
debe ser hecho y cómo, y sobre lo que no debe ser hecho y cómo? Nosotros
sabemos que el tren lleva toda la carga, de modo que después de subirnos a él,
¿por qué debemos llevar nuestro pequeño equipaje sobre la cabeza, para nuestra
incomodidad, en lugar de ponerlo en el tren y sentirnos cómodos?
19. ¿Qué es
no apego?
Cuando los
pensamientos surgen, destruirlos completamente sin ningún residuo en el mismo
lugar de su origen, es no apego. De la misma manera que el buscaperlas ata una
piedra a su cintura, se hunde hasta el fondo del mar y allí coge las perlas,
así también cada uno de nosotros debe estar dotado de no apego, sumergirse
dentro de uno mismo y obtener la Perla del Sí mismo.
20. ¿No es
posible para Dios y el Gurú efectuar la liberación de un alma?
Dios y el
Gurú solo mostrarán la vía a la liberación; por sí mismos, ellos no llevarán al
alma al estado de liberación. En verdad, Dios y el Gurú no son diferentes. De
la misma manera que una presa que ha caído en las fauces de un tigre no tiene
ninguna escapatoria, así también aquellos que han entrado dentro del ámbito de
la graciosa mirada del Gurú serán salvados por el Gurú, y no se perderán; sin
embargo, cada uno debe, por su propio esfuerzo, seguir la vía mostrada por Dios
o el Gurú, y obtener la liberación. Uno puede conocerse a sí mismo sólo con su
propio ojo del conocimiento, y no con el de algún otro. ¿Acaso necesita Rama la
ayuda de un espejo para saber que él es Rama?
21. ¿Es
necesario para el que anhela la liberación indagar la naturaleza de las
categorías (tattvas)?
Lo mismo que
el que quiere tirar la basura no tiene ninguna necesidad de analizarla y ver lo
que es, así también el que quiere conocer al Sí mismo no tiene ninguna
necesidad de contar el número de las categorías o de indagar sus
características; lo que tiene que hacer es rechazar enteramente las categorías
que ocultan al Sí mismo. El mundo debe ser considerado como un sueño.
22. ¿No hay
ninguna diferencia entre la vigilia y el sueño con sueños?
La vigilia
es larga, y el sueño corto; además de esto, no hay ninguna diferencia. De la
misma manera que los acontecimientos del estado de vigilia parecen reales
mientras uno está despierto, así también parecen reales los de un sueño
mientras uno está soñando. En el sueño la mente toma otro cuerpo. Tanto en los
estados de vigilia como de sueño con sueños, los pensamientos, nombres y formas
acontecen simultáneamente.
23. ¿Es de
alguna utilidad la lectura de libros para aquellos que anhelan la liberación?
Todos los
textos sagrados dicen que para obtener la liberación, uno debe hacer a la mente
quiescente; por consiguiente, su enseñanza final es que la mente debe ser hecha
quiescente; una vez que se ha comprendido esto, no hay ninguna necesidad de
leer indefinidamente. En orden a aquietar la mente, uno sólo tiene que indagar
dentro de uno mismo, qué es el propio Sí mismo de uno; ¿cómo puede hacerse esta
indagación en los libros? Uno debe conocer su Sí mismo con el ojo de la
sabiduría propio de uno. El Sí mismo está dentro de las cinco envolturas; pero
los libros están fuera de ellas. Puesto que el Sí mismo ha de ser indagado
dentro desechando las cinco envolturas, es inútil buscarlo en los libros.
Vendrá un tiempo en el que uno tendrá que olvidar todo lo que ha aprendido.
24. ¿Qué es
la felicidad?
La felicidad
es la naturaleza misma del Sí mismo; la felicidad y el Sí mismo no son
diferentes. No hay ninguna felicidad en ningún objeto del mundo. Nosotros
imaginamos, a través de nuestra ignorancia, que sacamos felicidad de los
objetos. Cuando la mente sale, experimenta sólo miseria. En verdad, cuando se
cumplen sus deseos, vuelve a su propio lugar y goza la felicidad que es el Sí
mismo. Similarmente, en los estados de sueño profundo, samadhi, desmayo, y
cuando se obtiene el objeto deseado o se elimina el objeto no deseado, la mente
deviene vuelta hacia adentro, goza la pura Felicidad del Sí mismo. Así pues, la
mente se mueve sin descanso, saliendo del Sí mismo y volviendo a él
alternativamente. Debajo del árbol la sombra es agradable; a campo abierto el
calor es abrasador. Una persona que ha estado caminando al sol siente fresco
cuando llega a la sombra. Alguien que va constantemente de la sombra al sol y
del sol a la sombra, es un necio. Un hombre sabio permanece constantemente en
la sombra. Similarmente, la mente del que conoce la verdad, no deja al Brahman.
La mente del ignorante, al contrario, da vueltas en el mundo, sintiéndose
miserable, y por un ratito vuelve a Brahman a experimentar felicidad. De hecho,
lo que se llama el mundo es sólo pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es
decir, cuando no hay ningún pensamiento, la mente experimenta felicidad; y
cuando el mundo aparece, sufre miseria.
25. ¿Qué es
la intuición de la sabiduría (jnana-drsti)?
Permanecer
quiescente es lo que se llama intuición de la sabiduría. Permanecer quiescente
es disolver la mente en el Sí mismo. La telepatía, conocer los acontecimientos
pasados, presentes y futuros, y la clarividencia, no constituyen la intuición
de la sabiduría
26. ¿Cuál es
la relación entre la no deseación y la sabiduría?
La no
deseación es sabiduría. Las dos no son diferentes; son lo mismo. La no deseación
es abstenerse de volver la mente hacia cualquier objeto. La sabiduría significa
la no aparición de ningún objeto. En otras palabras, no buscar lo que es otro
que el Sí mismo, es desapego o no deseación; no dejar el Sí mismo, es
sabiduría.
27. ¿Cuál es
la diferencia entre la indagación y la meditación?
La
indagación consiste en retener la mente en el Sí mismo. La meditación consiste
en pensar que el propio sí mismo de uno es el Brahman,
existencia-consciencia-felicidad.
28. ¿Qué es
la liberación?
Indagar en
la naturaleza del propio sí mismo de uno, que está en la esclavitud, y realizar
la verdadera naturaleza de uno, es la liberación.
SRI
RAMANARPANAM ASTU
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